Ética de la Función Pública
Juzgando las acciones
Los ladrillos fantasma
Samanta Magrez es la directora de Tesorería de una de las facultades de la UBA. Con más de diez años de servicio, Samanta era respetada por su antigüedad y había logrado forjar alianzas estratégicas con varios sectores de la administración. En esa misma facultad trabaja María Inés, su prima, encargada de contratos, con quien idearon un plan complejo pero efectivo. Juntas, falsificaban facturas por obras y servicios que nunca se realizaron, desviando fondos públicos destinados a mejoras de la facultad. Jacobo Gómez, esposo de María Inés y dueño de la constructora “Ladrillos”, funcionó como proveedor externo en toda esta situación. María Inés alteraba la documentación, mientras Jacobo emitía facturas falsas y Samanta aprobaba los pagos, haciendo que el esquema pareciera legítimo en los registros contables. Gracias a los contactos de Samanta y su reputación, el grupo operó sin ser detectado durante varios años, hasta que un grupo de docentes y estudiantes, al notar la ausencia de mejoras, investigó y descubrió varias irregularidades, realizando una denuncia formal. Esto llevó a una auditoría interna que reveló el desvío de millones de pesos, desatando un escándalo que sacudió a la Facultad y que terminó con la destitución de Samanta y María Inés y el juicio de los tres involucrados.
Evaluación del caso según los tres enfoques argumentativos:
Deontología:
Desde la deontología, que se centra en el deber y las normas éticas, las acciones de Samanta y su grupo son claramente inaceptables. Falsificar facturas y desviar fondos públicos no solo rompe las reglas, sino que también traiciona la confianza que la comunidad depositó en ellos. En este sentido, no importa si lograron beneficios temporales; lo que hicieron fue moralmente incorrecto.
Utilitarismo:
El utilitarismo nos hace pensar en las consecuencias de las acciones aunque al principio podría parecer que el grupo se beneficiaba, el daño a la facultad y a los estudiantes es significativo. La falta de mejoras y el escándalo posterior afectaron a muchos, creando desconfianza y descontento. Así que, al final, sus acciones no solo fueron perjudiciales para ellos, sino también para la comunidad en general.
Ética de la virtud:
la ética de la virtud se enfoca en el carácter de las personas. Las decisiones de Samanta y su grupo reflejan una falta de virtudes como la honestidad y la responsabilidad. En lugar de actuar con integridad, eligieron un camino que no solo les perjudica a ellos, sino que también afecta a todos los que dependen de la facultad. Este enfoque nos recuerda que ser una buena persona implica actuar con rectitud, incluso cuando nadie está mirando.
Cintia:
Excelente tu análisis ético de esta situación! Es muy interesante ver cómo las distintas éticas normativas tienen diferentes miradas sobre el mismo hecho, si bien todas coinciden (según nos contás) en que las acciones de Samanta y su grupo son incorrectas. Fijémonos cómo la ética deontológica considera esta situación como incorrecta sin demasiados matices, mientras que la ética utilitarista podría llegar a considerar el "beneficio" de los corruptos como algo "bueno" en la balanza. Desde ya, tu análisis agudo da cuenta de que a largo plazo los supuestos beneficios resultaron en realidad siendo perjuicios.