Ética de la Función Pública

En una de las dependencias de la UBA se planifica realizar un llamado a licitación pública para la contratación de una empresa de servicios de mantenimiento. La directora de Contrataciones, Carina Vargas, y su secretario de asuntos administrativos, Gonzalo Fernández, conducen el proceso de manera hermética, sin proporcionar información clara sobre los criterios de selección. La licitación prosigue de modo tal que queda seleccionada la empresa de Marcelo Gutiérrez, yerno de Carina. Vale aclarar que, al presentarse, Marcelo nunca declaró en la licitación el vínculo existente con Carina, ni Carina se declaró incompetente para llevar adelante el proceso de licitación. Al enterarse de la relación existente entre la directora y el empresario, Gonzalo se reúne con Carina para intentar aclarar el asunto. Carina le señala que no es nada raro y que no tuvo influencia en la decisión tomada. No obstante, le pide que no levantara las alarmas sobre el asunto. “Es un favor que te pido”, le dice, y termina por ofrecerle a Gonzalo unos días de licencia justificada y pagarle un viaje a una casa que ella tiene en la costa. Gonzalo acepta el trato y el hecho queda sin hacerse público. Al tiempo, Gonzalo se entera de que Carina estaba recibiendo beneficios por las ganancias de la empresa de su yerno, a la par que los servicios que estaba brindando a la universidad eran mucho más caros que los que ofrecían otras empresas licitantes. Gonzalo entra en duda de si aceptar esas vacaciones fue la mejor decisión.